Los liposomas son una forma revolucionaria de encapsular ingredientes activos en una “burbuja” de fosfolípidos para protegerlos y entregarlos directamente a las células de los tejidos, a las que se llega a través del torrente sanguíneo.⑴ Esto permite que los ingredientes se absorban y utilicen en lugar de destruirse en el estómago.
El objetivo de la ingesta de cualquier complemento es asegurar su transporte al torrente sanguíneo. Sin embargo, debido a las bajas tasas de absorción y biodisponibilidad de las cápsulas orales tradicionales, los ingredientes activos pierden la mayor parte de su potencia al pasar por el tracto gastrointestinal o simplemente no se absorben en absoluto en el intestino delgado. La mayoría se excreta sin utilizar a través de los intestinos o los riñones. ⑵
La administración liposomal ofrece una absorción específica y completa de ingredientes activos con un efecto de liberación retardada, a diferencia de todos los demás métodos de administración de nutrientes. Este mayor tiempo de circulación de nutrientes clave en el torrente sanguíneo mejora significativamente la biodisponibilidad. Cuanto mayor es la biodisponibilidad de una sustancia activa, mayor es el efecto que tiene en el organismo.